El vino siempre sorprende, en cambio tu eres la misma conspiradora, no tienes nada novedoso por decir, nada nuevo por hacer .... Una botella de vino tiene porte, presencia no requiere de adornos para impactar ... en cambio tu adornas y disfrazas el inconformismo que tienes por ti misma .... Siempre es un placer quitarle el corcho a un vino ... en cambio contigo es un ritual de cena, helado, cine, transporte, es más eres tan ilusa que piensas que aún hay algo por descorchar en ti .... Un vino impacta y encanta con su bouquet ... en cambio tu, pretender ser sexy y encantar con el mismo splash de aguacate con tomillo, entiende que ese olor no inspira ni cocinar ... el sabor del vino permite identificar una fruta bien madurada, la crianza en una barrica o simplemente la exposición al aire ... en cambio tu, sin necesidad de probarte se sabe que eres la misma oxidada, inmadura excesivamente expuesta al aire, a la contaminación ... Los vinos varían su precio de acuerdo a las casas, a su procedencia y sus sellos .... contigo se aumenta el costo de manera progresiva y pretendes que tape los huecos de tu casa, eres la misma nativa de siempre y el único sello que tienes es la quemada en tu dedo tratando de hacerme un café ... el vino me da libertad, da apertura a los pensamientos reconditos ... en cambio tu me coartas a la vez que te da apertura ... en fin ... el vino se puede catar ... contigo ni catar, ni cavar, uno no cava en lo que ya tiene profundidad total ... por eso prefiero el vino, porque 750 mls tienen más presencia, porte y atributos, que tus siliconas 34b, tu trasero caído y tus rasgos desgastados
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